La Historia empieza en Sumer

By Mario González

La historia empieza en Sumer es un libro del asiriólogo Samuel Noah Kramer, especialista en la historia y la lengua de Sumer. Su título nos ha parecido exacto para titular nuestro artículo. Y es que cuando hablamos de Sumer, estamos hablando de una civilización que existió aproximadamente por el IV milenio a.C. Y no de cualquier civilización, sino de la considerada primera civilización. Pero ¿por qué la historia empieza en Sumer? Es decir, ¿por qué algo empieza allí? Intentaremos responderlo.

El paso del nomadismo al sedentarismo hizo posible que los hombres se organizasen de una manera especial, permitiéndole progresar tanto técnica como espiritualmente. Pero ante esto pudiera decirse que la tecnicidad en cuanto progreso existió mucho antes que el sedentarismo. Hallazgos como el santuario Göbekli Tepe dan cuenta de ello, levantado por cazadores-recolectores hace, aproximadamente, 11.600 años. Sin embargo, es curioso como a pesar de estos y otros hallazgos provenientes del período Neolítico, no se ha dicho que La historia empieza en Göbekli Tepe. Todos, hasta los momentos, concuerdan que la historia empieza o empezó en las llanuras de Mesopotamia, concretamente en Sumer.

Ahora bien, esto hace que nos preguntemos algo. ¿Cuáles fueron los principales rasgos para que la historia empezara en Sumer? Podemos deshilar esta pregunta desde dos explicaciones culturalmente válidas. En primera instancia, los estudios concuerdan en que el paso decisivo fue la creación o invención de la escritura. De esta manera, la historia empieza en Sumer porque fueron sus habitantes los primeros en poner por escrito su lenguaje.

El segundo rasgo tiene que ver inherentemente con el primero, y da cuenta de la importantísima diferencia entre los términos prehistoria e historia. La sola definición que otorga la RAE para con el término historia no basta si queremos hacer una exacta diferencia con la prehistoria. En una de sus acepciones, la RAE nos dice que la historia es la disciplina que estudia y narra cronológicamente los acontecimientos del pasado.

Ante esto nos preguntamos ¿constituye el santuario Gobekli Tepe un hecho meramente histórico por ser este un acontecimiento pasado o del pasado? La respuesta es no. Al menos desde la opinión de los estudiosos. Para evitar estos problemas, la definición clásica concibe a la historia como el período que trascurre desde la aparición de la escritura hasta la actualidad; mientras que la prehistoria estudia el período de tiempo transcurrido desde la aparición de los primeros homínidos —antecesores del homo sapiens– hasta que tenemos constancia de la existencia de documentos escritos.

Es decir, la invención de la escritura trajo consigo el nacimiento de la historia tal cuál como la conocemos. Por ende, una de las cosas que hace que la civilización sumeria sea tan importante es porque marca un hito en la disciplina histórica. Dicho esto, mencionemos, grosso modo, algunas de las principales características de esta espectacular civilización.

PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS

Sumer fue una región geográfica de la antigua Mesopotamia, llamada país entre ríos por los historiadores griegos–. Entre ríos porque se encuentra entre los ríos Tigris y Éufrates, ríos que convertirían esta zona de Oriente Medio en un lugar apto para el cultivo. Debido a sus fértiles llanuras esta región fue llamada también el Creciente fértil. Sus habitantes –los sumerios– fueron, a su vez, una población de origen incierto.

Esta región era, en realidad, un conjunto de ciudades-estados. Esto significa que sus ciudades eran independientes las unas de las otras, aunque compartieran rasgos culturales como el idioma o la religión. Entre ellas se hallaban Uruk, Lagas, Kis, Uma, Ur, Eridu y Ea, cuya economía se basaba en el regadío. La ciudad de Uruk destacaba especialmente entre las demás, extendiendo una cultura común por muchos pueblos de Oriente próximo. Fue tanta su importancia que históricamente se ha denominado a uno de sus períodos como Período Uruk.

Y es que cuando hablamos de Sumer, estamos obligados a utilizar frecuentemente la palabra primeros. Lara Peinado Federico en su libro La civilización sumeria nos dice lo siguiente:

Sus habitantes, según se ha demostrado arqueológica y documentalmente, fueron capaces de ser los primeros en fundar ciudades, Estados e Imperios. Fueron también los primeros en inventar la escritura, en idear los primeros contratos comerciales, en establecer los primeros Códigos jurídicos, en instituir las primeras Escuelas, en crear las primeras joyas y los primeros trazos de la escultura. También fueron los primeros en escribir poemas de amor, en idear la bóveda y la columna, en fabricar cerveza…

El autor termina su párrafo con tres puntos suspensivos, quizás para darnos entender, que fueron los primeros en muchas otras cosas más. Sabemos, además que poseían barcos – ¿los primeros en navegar? –, inventaron la rueda, el arado, la fundición de metales. Incluso se les ocurrió la magnífica idea de unir el cobre con el estaño, dando nacimiento al bronce. Prototécnicos en metalurgia.

LA ESCRITURA CUNEIFORME

Pero hablemos de su escritura. Los estudios comprueban que los sumerios inventaron la escritura –llamada escritura cuneiforme– en la ciudad de Uruk entre el 3500 y el 3000 a.C. No obstante, hubo varias etapas de su escritura. Primero existieron los pictogramas que, recordemos, es un signo no lingüístico que representa un objeto real. En la actualidad, cuando acudimos a los aseos públicos, vemos tales pictogramas cuando buscamos la figurilla del hombre o de la mujer. Tales pictogramas existen desde la era prehistórica con las tan famosas y conocidas pinturas rupestres. Pero, una vez más, los sumerios dieron un paso más allá.

Diferente a los pictogramas son los logogramas, que se definen como unidad mínima de un sistema de escritura. Esto hizo posible que, mediante un signo, ahora lingüístico, se pudiera expresar una emoción, un verbo o cualquier significado abstracto. Un ejemplo del logograma en nuestra cotidianidad es el porcentaje, que lo expresamos bajo el signo %.

En algunos conjuntos de tablillas, como los de Uruk, se han contado hasta 2000 signos cuneiformes diferentes, reduciéndose en los siglos sucesivos hasta alcanzar una cantidad de 700 signos distintos. Tales signos eran utilizados, principalmente, para funciones administrativas, como contabilizar los productos que entraban en los templos.

Posteriormente serían utilizados para asuntos literarios, movidas religiosas, sucesos históricos, entre otros. Es relevante una tablilla de arcilla encontrada en Nippur considerada como el primer manual de medicina de la historia. Así como estas se han encontrado muchas otras de varios contenidos. Los sumerios escribían en tablillas de arcilla húmedas que se dejaban secar al aire o eran cocidas en un horno. Su escritura fue llamada escritura cuneiforme, por la forma de cuña de sus trazos, realizados con un estilete o estilo, instrumento creado, a su vez, a partir de la caña (vegetal). Cabe decir, que el sumerio fue una lengua aislada, esto es, que no tiene parentesco genealógico o genético con ninguna otra lengua viva o muerta.

Es difícil resumir en unas cuantas palabras la originalidad de esta civilización, así como sus espectaculares inventos. Baste decir aquí que hasta el siglo XVIII, Mesopotamia era conocida solo a través de la Biblia y de algunos escritores clásicos. La actitud de occidente con respecto a oriente cambia sustancialmente en el siglo XIX, cuando una intensa actividad arqueológica logra sacar a la luz el misterio de esta civilización. Llevamos dos siglos conociéndola y aún no podemos dejar de asombrarnos. Los expertos alegan que aún queda mucho por descubrir.